Fue un orgullo compartir mi historia con otras mujeres en esta portada y dar voz a muchas familias que se sentían identificadas con nuestra situación. A veces un artículo, un reportaje, o un testimonio, puede ser el motor que nos ponga en acción. Recuerdo estar en la consulta del dentista y caer en mis manos la revista Integral. Un reportaje magistral del gran Carlos Fresneda: “La segunda liberación” (octubre 1998) me hizo despertar. Ahí estaba todo lo que llevaba bullendo en mí los últimos años. Carlos describía esa nueva revolución de mujeres que reivindicaba la maternidad, la gran olvidada en el primer feminismo. Me puse en contacto con él unos días después. No podía haber descrito mejor lo que estaba sucediendo en esa época, mas cuando nadie hablaba de conciliación en esos momentos. Después, por aquellos años también, leía con interés los artículos de opinión de Florinda Salinas y Covadonga O’Shea. “La armonía vital” de esta ultima me motivó a ponerme en contacto también con ella. Tanto Fresneda como O’Shea fueron una inspiración para crear “Natalidad y Trabajo”. Ellos, y los padres y madres que fundamos la asociación, quisimos plantar cara a las eternas jornadas laborables. Mis compañeras de batalla de aquella época son mis grandes amigas ahora.
Unos años después pude entrevistar a la noruega Janne Haaland, ministra de Asuntos Exteriores entre 1997-2000, y abanderada del nuevo feminismo, que defendía sin complejos las diferencias entre hombres y mujeres, el apoyo a la familia, y, sobre todo, reclamaba ayudas para la conciliación laboral y familiar.
Hace poco volvió a caer en mis manos esta portada y, con la excusa del blog, he recopilado algunos artículos que escribí sobre temas de conciliación y crianza. No sé si mi testimonio pudo ayudar a alguien, pero lo que pretendía sobre todo era acompañar a las mujeres que se sentían como yo. La maternidad tiene mucho de tribu, y en nuestra sociedad actual cada vez se vive de manera más aislada. Podemos avanzar en muchos aspectos, pero hay una parte de nosotros que no podemos obviar. Como dice el obstetra francés Michel Odent, “el bebé es un mamífero”. A veces nos olvidamos de lo mas básico y nos desarraigamos de nuestro origen. Retomemos más nuestros instintos y escuchemos lo que nos pide nuestra voz interna. Cuestionemos, como sugiere el psiquiatra Gabor Maté, en “El mito de la normalidad”, lo que la sociedad nos ha hecho pensar que es normal. ¿De verdad es normal separarnos de nuestro bebé recién nacido para pasar doce horas sin él, dejarle llorar en otra habitación para que aprenda a dormirse solo, o no cogerle en brazos para que no se acostumbre?
Volviendo a la portada, creo que fuimos un movimiento de madres (y padres) que remó contracorriente y plantó cara a la “normalidad”. Si pudiera hablar con esa Laura de hace 25 años, ¿qué le diría? “Sigue tu radar, no estás tan loca”.
Reportaje publicado en El Semanal, número 850, en febrero 2004
Por Uxúa Mena, fotografías de Mark G. Peters
0 comentarios